Foto propiedad de Julio Castro ©

Julio Castro

Gallego de cuna y madrileño por adopción, llevo media vida convencido de que uno no es de donde nace, sino de donde se siente querido. Soy fotógrafo autodidacta y viajero insaciable. Nunca me he sentido solo, donde quiera que vaya. El mundo es mi hogar, porque como decía León el Africano: «soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía».

Desde niño supe que la fotografía sería parte fundamental de mi vida. Un Camino de Santiago, en 1993, cambió por completo mi forma de vida. Desde entonces, no he dejado de viajar, siempre con mi cámara colgada al cuello. Me declaro un enamorado de los retratos hechos en complicidad con la persona fotografiada y mi filosofía de trabajo es la misma que propugnaba Robert Capa: “Si una foto no es lo suficientemente buena es que no estabas suficientemente cerca.”

Tras haber recorrido más de medio centenar de países, después de haber hecho miles de fotos, usado cámaras y objetivos de todo tipo, he entendido que si la técnica y un buen equipo son importantes para conseguir una buena toma, todavía lo es más la visión, el “saber mirar”. Nos hacemos verdaderos fotógrafos cuando hemos superado las preocupaciones del aprendizaje y, en nuestras manos, la cámara se convierte en una extensión de uno mismo. Solo entonces es cuando, de verdad, comienza la creatividad. Mi mejor viaje es aquel en el que encuentro más personas que puedo fotografiar; capturar (que nunca robar) un trocito de su alma y convertir ese instante efímero en memoria viva y eterna.

He tenido la suerte de ver publicados muchos de mis viajes  en diferentes revistas como Viajeros, Paisajes desde el Tren, DT, Mía, Glamour, YoDona, Cosmopolitan, Oxígeno, El Mundo, La Razón….